5 dic 2008

LA FLOR MÁS GRANDE DEL MUNDO


Las historias para niños deben escribirse con palabras muy sencillas, porque los niños, al ser pequeños, saben pocas palabras y no las quieren muy complicadas. Me gustaría saber escribir esas historias, pero nunca he sido capaz de aprender, y eso me da mucha pena. Porque, además de saber elegir las palabras, es necesario tener habilidad para contar de una manera muy clara y muy explicada, y una paciencia muy grande. A mí me falta por lo menos la paciencia, por lo que pido perdón.

Si yo tuviera esas cualidades, podría contar con todo detalle una historia preciosa que un día me inventé, y que, así como vais a leerla, no es más que un resumen que se dice en dos palabras… Se me tendrá que perdonar la vanidad de haber pensado que mi historia era la más bonita de todas las que se han escrito desde los tiempos de los cuentos de hadas y princesas encantadas…

¡Hace ya tanto tiempo de eso!

En el cuento que quise escribir, pero que no escribí, hay una aldea. (Ahora comienzan a aparecer algunas palabras difíciles, pero quien no las sepa, que consulte en un diccionario o que le pregunte al profesor.)

Que no se preocupen los que no conciben historias fuera de las ciudades, ni siquiera las infantiles: a mi niño héroe sus aventuras le esperan fuera del tranquilo lugar donde viven los padres, supongo que también una hermana, tal vez algún abuelo, y una parentela confusa de la que no hay noticia.

Nada más empezar la primera página, sale el niño por el fondo del huerto y, de árbol en árbol, como un jilguero, baja hasta el río y luego sigue su curso, entretenido en aquel perezoso juego que el tiempo alto, ancho y profundo de la infancia a todos nos ha permitido…

Hasta que de pronto llegó al límite del campo que se atrevía a recorrer solo. Desde allí en adelante comenzaba el planeta Marte, efecto literario del que el niño no tiene responsabilidad, pero que la libertad del autor considera conveniente para redondear la frase. Desde allí en adelante, para nuestro niño, hay sólo una pregunta sin literatura: “¿Voy o no voy?” Y fue.

El río se desviaba mucho, se apartaba, y del río ya estaba un poco harto porque desde que nació siempre lo estaba viendo. Decidió entonces cortar campo a través, entre extensos olivares, unas veces caminando junto a misteriosos setos vivos cubiertos de campanillas blancas, y otras adentrándose en bosques de altos frenos donde había claros tranquilos sin rastro de personas o animales, y alrededor un silencio que zumbaba, y también un calor vegetal, un olor de tallo fresco sangrado como una vena blanca y verde.

¡Oh, qué feliz iba el niño! Anduvo, anduvo, hasta que los árboles empezaron a escasear y era ya un erial, una tierra de rastrojos bajos y secos, y en medio una inhóspita colina redonda como una taza boca abajo.

Se tomó el niño el trabajo de subir la ladera, y cuando llegó a la cima, ¿qué vio? Ni la suerte ni la muerte, ni las tablas del destino… Era sólo una flor. Pero tan decaída, tan marchita, que el niño se le acercó, pese al cansancio.

Y como este niño es especial, como es un niño de cuento, pensó que tenía que salvar la flor. Pero ¿qué hacemos con el agua? Allí, en lo alto, ni una gota. Abajo, sólo en el río, y ¡estaba tan lejos!…

No importa.

Baja el niño la montaña,
Atraviesa el mundo todo,
Llega al gran río Nilo,
En el hueco de las manos recoge
Cuanta agua le cabía.
Vuelve a atravesar el mundo
Por la pendiente se arrastra,
Tres gotas que llegaron,
Se las bebió la flor sedienta.
Veinte veces de aquí allí,
Cien mil viajes a la Luna,
La sangre en los pies descalzos,
Pero la flor erguida
Ya daba perfume al aire,
Y como si fuese un roble
Ponía sombra en el suelo.

El niño se durmió debajo de la flor. Pasaron horas, y los padres, como suele suceder en estos casos, comenzaron a sentirse muy angustiados. Salió toda la familia y los vecinos a la búsqueda del niño perdido. Y no lo encontraron.

Lo recorrieron todo, desatados en lágrimas, y era casi la puesta de sol cuando levantaron los ojos y vieron a lo lejos una flor enorme que nadie recordaba que estuviera allí.

Fueron todos corriendo, subieron la colina y se encontraron con el niño que dormía. Sobre él, resguardándolo del fresco de la tarde, se extendía un gran pétalo perfumado, con todos los colores del arco iris.


A este niño lo llevaron a casa, rodeado de todo el respeto, como obra de milagro.Cuando luego pasaba por las calles, las personas decían que había salido de casa para hacer una cosa que era mucho mayor que su tamaño y que todos los tamaños.

Y ésa es la moraleja de la historia.

Éste era el cuento que yo quería contar. Me da mucha pena no saber narrar historias para niños. Pero por lo menos ya conocéis cómo sería la historia, y podréis explicarla de otra manera, con palabras más sencillas que las mías, y tal vez más adelante acabéis sabiendo escribir historias para los niños…

¿Quién me dice que un día no leeré otra vez esta historia, escrita por tí que me lees, pero mucho más bonita?…

José Saramago y João Caetano.

4 oct 2008

GNOSTICISMO


¿Cuanto no se ha hablado del Gnosticismo?

¿Cuanta gente entiende lo que es?

¿Cual es su visión?

"Hay grietas en todo; así es como estra la luz"

Los términos gnósticos y Gnosticimo se deriva de la palabra griega gnosis que por lo general se traduce como "conocimiento" ( aunque esta traducción es en cierta medida engañosa) La mayoria de la personas estaban más familiarizadas con el antònimo de gnóstico, es decir; "alguien que asegura no saber nada sobre realidades y temas fundamentales" En contrate gnóstico a menudo se define como una persona que busca la salvación a través del conocimiento. El conocimiento que busca el gnóstico, sin embargo, no es un conocimiento racional; mucho menos una acumulación de información. La vitalidad y el atractivo perdurables del mensaje gnóstico se basa ante todo en su afinidad con el estrato más profundo de la mente humana. Varios eruditos serios como E. R. Dodds, Gilles Quispel y Gershom Scholem, han sugerido que el Gnosticismo se origina en las experiencias de la psique, en el punto donde se encuentra la psicologìa arquetípica y el misticismo religioso.

El término Gnosticismo no es una caja vacía en la que uno puede meter lo que desee. Por el contrario, la tradición gnóstica se basa en la experiencia de la gnosis y se caracteriza por ciertas actitudes hacia la vida y la realidad, y por ciertos mitos y enseñanzas que se relacionan con el origen y la naturaleza del cosmo y del ser humano, que son el resultado de una experiencia misma.

Denifinir el Gnostcismo como la suma de las creencias de ciertas "sectas del segundo siglo" que eran "dualistas y rechazadas al mundo" no parece ser util ni exacto.

Una muy antigua afirmación gnóstica normativa define el contenido y las implicaciones de la gnosis:

Lo que nos hace libre es la gnosis
de quiénes somos
de lo que hemos llegado a ser
de dónde estábamos
del lugar donde se nos forjó
del lugar hacia el cual nos apresuramos
de lo que se nos está liberando
de lo que es en realidad el nacimiento
(Extracto de Teodoto)

La visión de los gnósticos

"Usando de nuevo la métafora del cielo de media noche, podemos ver la cúpula oscura que esta sobre nosotros como un velo perforado; a través de sus pequeños orificios la luz de la realidad fundamental penetra en nuestra visión. A través de los orificios, las grietas del universo, una luminosidad trascendental entra a nuestra conciencia. Esta luz es la luz de la gnosis que nos despierta a posibilidades largo tiempo deseadas pero que aún no se han realizado. La luz llama a la luz, o Dios llama a sus hijos, asi como ellos claman por él. La tapa que sella nuestro universo se levanta y contemplamos el vasto océano de luz ilimitada, del que temporalmente somos chispas en exilio" Esa es y sigue siendo la visión de los gnósticos.

1 oct 2008

PERSEPOLIS


La película de animación francesa es una revisión de forma muy original de Irán y por los grandes conflictos en los que ha estado, centrado en la visión de una mujer, desde su niñez y su crecimiento, vemos la unión familiar y el fuerte arraigo a sus raíces, se habla del exilio que es un proceso bastante difícil para la niña, ir a una nueva cultura y el tratar de adaptarse a una vida ajena, una vida diametralmente opuesta a la que uno vivió desde el nacimiento, comenzando por la religión, los ideales y pensamiento que se tiene en occidente.

Vemos la difícil vida que tiene que pasar en Europa central, el conocer el amor y desamor, las amistades y la pelea por no despreciar ni hacerse sentir menos por su origen étnico, la perdida de la esperanza, un regreso a su país y la deprimente ahora nueva visión de la chica sobre lo que ha pasado con su querida Irán, la tristeza de sentirse una extraña en el país de toda la familia.

Todos esos ideales rotos, poca esperanza, el exilio, la enajenación todo esto relatado de estilo formidable, una cinta de animación con grata originalidad que ayuda a la historia a volverla entrañable, con personajes mágicos pero al mismo tiempo totalmente reales, una película conmovedora, con esa forma onírica, pero en el fondo de una melancolía palpable.

Persepolis más que fungir solamente como una verdadera critica, es más bien una visión bastante personal sacada desde las entrañas de esa cultura, nunca más real, nunca más mágica, logra ese perfecto equilibrio, es simplemente la historia de una vida, una mujer que no pierde sus raíces pero siempre tiene que estar alejada de ellas, de su familia, nunca olvidara el olor de la abuela pero nunca la volverá a ver. Película genial que deja con un fuerte impacto y ese sentimiento de absoluta incomodidad aún cuando se ha visto una cinta totalmente magnífica, en ningún momento abandona dentro de todo esos momentos melancólicos y tristes que nos llega a los espectadores